El 25 de noviembre fuimos a El Tablón�
Cuando nuestros soldados terminaron de cargar su Pickup en el hotel con vitaminas, calcio, juguetes y ropa, salimos hacia Sosua, al barrio de El Tablón, un lugar de pobreza extrema.
Calle de entrada a El Tablon.
Petra dejó su coche al comienzo de la calle de entrada a El Tablón y dijo a los soldados que entraran en el barrio con su Pickup. No entendí por qué los soldados parecían dudar, si total no eran más que unos 50 metros.
Me situé a la izquierda del vehículo para hacer fotos y comenzamos el reparto con unos cuantos balones para los niños. Todo comenzó de forma tranquila y civilizada.
Poco a poco comenzó a llegar mucha gente y los soldados tuvieron que cubrir a Barbara para que no fuera asfixiada por la multitud.
Por todas partes veíamos manos extendidas y manos que nos pellizcaban e imploraban.
La gente comenzó a gritar y una señora mayor le estampó a un señor dos rollitos de vitaminas en la cabeza porque no soltaba una prenda de vestir.
La cosa comenzó a ponerse violenta y algunas discusiones acabaron a puñetazo limpio. Petra intentaba poner un poco de orden gritando a la gente para que estuviera tranquila.
Cuando la situación se ponía demasiado crítica, parábamos abruptamente el reparto hasta que volvía la tranquilidad. Eso funcionó un par de veces.
De repente, el Pickup comenzó a balancearse y algunas personas intentaron subirse al capó para llegar hasta el lugar donde estaba nuestro material humanitario. Ahí comencé a sentir miedo. Grité a los soldados �Final, paren� y les hice gestos para que saliéramos de allí.
Cuando por fin llegamos al coche de Petra y encendimos un cigarrillo nos dimos cuenta de la cantidad de cardenales que lucía Barbara en brazos y piernas de los empujones y golpes que había recibido.
(Traducido por A.K.)